- Aquí tiene su café Andres – le dijo Cristina con una sonrisa mientras le entregaba un doble expreso.
- ¿Cómo estás de tan buen humor siendo tan temprano Cris? – le preguntó Jorge, su compañero.
- Pues porque ayer por fin cumplí mi propósito de año nuevo. Estoy tan contenta que no puedo esperar para que empiece el 2020.
AL MISMO TIEMPO, EN OTRO SITIO…
Eran las siete de la mañana, aun no se había tomado su primer café y su teléfono ya sonaba sin parar.
Sabia lo que significaba y por eso no quería contestar. Aun asi descolgó.
- Tenemos otro. Mismo modus operandi y el perfil de la victima es el mismo, pero hay algo nuevo, la nota es diferente. La esperamos, la dirección es Gran Vía 33. Justo en frente del Starbucks, ¿lo conoces?
Claro que lo conocía, era donde trabajaba su hija.
- Si, lo conozco, te veo ahora. – contestó Alicia.
Al llegar se acercó al cuerpo. Igual que los anteriores era un hombre de unos 30 años, pelo largo y piel oscura.
El forense le acercó una bolsa de plástico que contenía la nota que habían encontrado junto al cuerpo.
Alicia no sabia que esperar. Hasta ahora las notas solo contenían un numero y el mes en el que estaban en ese momento, pero Gerardo le había dicho que ésta era diferente.
Al verla se quedó de piedra.
“Diciembre. Ya hemos acabado, un hombre por cada mes que tiene el año. Ahora puedo estar tranquila, porque ya he cumplido mi propósito de año nuevo. Feliz Navidad a todos.”
4 Comments
aliciaadamautora · 08/08/2019 at 09:59
Me ha parecido muy original.
admin · 02/10/2019 at 10:52
Muchas gracias!!!
submarinodehojalata · 08/08/2019 at 11:02
Me ha gustado mucho cómo planteas el relato el mismo tiempo visto desde personajes diferentes. Y sobre todo conocer por qué está feliz Cristina al inicio del texto.
Relatos de una mente inquieta · 08/08/2019 at 10:54
Muchas gracias por tu comentario. Me alegro que te haya gustado.