Esa mañana al mirarse al espejo vio algo que nunca habría creído posible. Estaba viendo a través de los ojos de otra persona y todo estaba reflejado en su pequeño espejo del cuarto de baño.
Se concentró en prestar la mayor atención posible en todos los detalles, cuanto más cosas averiguara más fácil seria encontrar a su doble y salvarla.
- ¿Qué tal estás? – preguntó Antonio cuando Lorena entró en su consulta.
- Bien… ¿qué haces tú aquí? – preguntó sorprendida al ver a su amigo Fernando.
- ¿No pensarías que voy a dejarte sola en esto, verdad? – contestó su amigo – ninguno de los dos lo haremos – añadió mientras cogía la mano del doctor Martínez, o Antonio, como ya se había acostumbrado a llamarle.
Lorena se quedó unos segundos en silencio, mirando a ambos.
- ¿Estáis…? Ohhh, así que por eso le recomendabas tanto… – rió.
- Creo que nos estamos desviando del tema, cuéntanos que ha pasado. – cortó el doctor.
La cara de Lorena se volvió seria de nuevo.
- Es increíble Antonio. He podido ver que está en una celda, y hay un hombre que viene a visitarla y que siempre le pregunta lo mismo. Pero lo increíble es que no hablan en español, sino en polaco….
- ¿Hablas polaco? – preguntó su amigo Fernando sorprendido.
- Que va, eso es lo más sorprendente, que a pesar de no conocer el idioma, puedo entenderlos. Siempre le pregunta por Christov, quiere saber dónde está. De hecho creo que es la única razón de que la mantengan con vida, necesitan encontrarle.
Todo se quedó en silencio unos instantes.
- Esto es increíble, había escuchado algunas historias sobre personas que podían hablar idiomas que no conocían, pero nunca lo había creído del todo. Impresionante.
- También he averiguado su nombre, se llama Izabella y es periodista.
- Pues con eso seguro que podemos encontrarla, que te parece si vamos a mi casa y empezamos la búsqueda.
- Perfecto, vamos – respondió Lorena levantándose también de su asiento.
Después de cinco intensas horas habían conseguido encontrar a Izabella. Era una periodista que vivía en Cracovia.
Aunque no era muy famosa, se la conocía por meterse donde no la llamaban para encontrar sus historias, y por lo poco que sabían esta vez se había metido en un problema bastante grande.
Los últimos cuatro días habían sido una locura, desde que había visto a Antonio por primera vez había concentrado todas sus energías en la búsqueda de su doble, y ahora iba camino de Polonia con su mejor amigo y su médico, al que apenas conocía.
- No me puedo creer que de verdad estemos en un avión a Polonia, aun pienso que debo estar soñando y que en algún momento voy a despertarme – dijo Lorena mirando a Fernando y Antonio, aunque realmente parecía estar hablando más consigo misma que con ellos.
Lorena sentía miedo, estaba metiéndose en algo realmente peligroso y además no tenía ni idea de cómo salir, pero a la vez sentía emoción.
Nunca se había considerado a sí misma como alguien valiente, y aunque siempre le habían encantado las películas de acción, y se había emocionado con ellas, nunca habría imaginado que viviría una de esas historias.
Unas horas más tarde se encontraban frente a la puerta de la última dirección que habían encontrado de Izabella en Internet.
Matt, un amigo de Lorena, se había unido a ellos. Necesitaban a alguien que conociera el idioma, y pudiera comunicarse por ellos, porque aunque cuando Lorena veía a través de los ojos de Izabella podía entender el idioma, no podía hacerlo mientras no estuviera en conexión con ella. Después de intentarlo varias veces, se dieron por vencido y decidieron llamar a Matt, Lorena confiaba en él, le conocía desde hacía mucho tiempo y sabía que haría lo que fuera por ella si se lo pedía.
Llamaron a la puerta y esperaron, Lorena estaba tan nerviosa que sentía como sus manos temblaban. Al abrirse la puerta vieron a una señora mayor, tendría unos 65 años y parecía triste y agotada. Al ver a Lorena se abalanzó sobre ella y la abrazó.
- Sabía que estaba viva…lo sabia – les tradujo Matt.
- Creo que se está confundiendo, no soy… – Matt traducía al mismo tiempo que Lorena hablaba.
- Lo sé, sé que no eres mi preciosa Iza, pero si estás aquí significa que ella aun está viva.
Los cuatro se miraron sorprendidos, ninguno sabía que decir. Después de unos segundos, que a Lorena le parecieron eternos, la señora los apresuró a pasar a la casa.
Dos horas más tarde estaban en una pequeña cafetería al fondo del local en silencio. Magda, la abuela de Izabella, les había contado sobre su nieta.
Les dijo que había sido ella quien le contó la leyenda a Izabella cuando era pequeña. También les dijo que su nieta estaba investigando al gobierno y que eran ellos quienes la tenían secuestrada. Después les dio la dirección de una cafetería que no estaba muy lejos, y les dijo que esperaran allí. Había alguien que podría ayudarlos.
Así que allí estaban, aun no tenían ni idea de qué era lo que Izabella estaba investigando, ni tampoco como darían con ella, pero al menos estaban más cerca de conocer la verdad.
La camarera se les acercó, les preguntó si querían tomar algo más y les dejó un plato con unas pastas caseras sobre la mesa, al mismo tiempo que les guiñaba un ojo.
Se miraron entre ellos, y luego miraron el plato de pastas, no sabían muy bien qué hacer, Lorena cogió una de ellas. Al hacerlo vio que debajo había un papel, lo cogió y al comprobar que estaba en polaco se lo entrego a Matt.
- Nos vemos en una hora en Calle Mogilska 7, actúen como turistas y no se acerquen a casa de Izabella – tradujo Matt en voz baja para que solo ellos pudieran escucharle.
Continuará…
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La leyenda (Parte 1) #52RetosLiterup – Relatos de una mente inquieta · 21/08/2019 at 10:14
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La leyenda (Parte 3) – Relatos de una mente inquieta · 18/09/2019 at 23:43
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