La leyenda (Parte 3)

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Ninguno de los tres sabia que decir. Todo lo que Christov les había contado parecía demasiado surrealista, era como sacado de una novela de ciencia ficción, y sin embargo ninguno se planteaba que no fuera real.

La realidad siempre supera a la ficción, se solía decir, y en ese momento más que nunca se daban cuenta de la verdad de esa frase.

Christov les había contado que la madre de Izabella se había puesto enferma y la habían llevado al hospital. Dos semanas más tarde había salido de allí con un problema de corazón que no le dio ni siquiera dos meses de vida.

Izabella siempre pensó que la enfermedad de su madre había sido culpa del hospital, algo que le habían contagiado, y quiso investigar, pero los médicos no fueron de mucha ayuda. Así que recurrió a algunos amigos de su trabajo como periodista.

Consiguió averiguar que los médicos habían utilizado unas vacunas, que aun no estaban aprobadas, en su madre sin su consentimiento, y que esa era la razón por la que había muerto por un problema que ni siquiera tenía al entrar allí.

Después de averiguar lo que le había pasado a su madre, siguió investigando, sabiendo que probablemente habría más casos como aquel y ahí fue cuando conoció a Christov, él trabajaba para el gobierno.

Según él mismo les había dicho, ella le abrió los ojos respecto a su trabajo por lo que empezó a recabar información para la noticia que más tarde escribiría Izabella para descubrir la verdad.

El día de antes de la desaparición de ella, él había notado que algo raro estaba pasando, ya no tenía acceso a los datos a los que dos días antes había accedido sin problemas, y además tenía la sensación de que alguien lo seguía, así que decidió esconderse.

Intentó avisar a Izabella para que hiciera lo mismo pero nunca pudo encontrarla, siempre había imaginado que algo le había pasado pero no había tenido la certeza hasta que ellos llegaron.

La puerta de la habitación se abrió de repente y Matt entró con la comida. Fernando y Antonio se giraron hacia él pero Lorena estaba demasiado perdida en sus pensamientos y no se percató de su presencia hasta que lo tuvo delante.

• ¿Estás segura de todo esto, Lore? Es peligroso y ni siquiera es vuestro país. – le preguntó Matt mientras le acercaba un trozo de pizza.

Lorena levantó la vista hacia él y después de unos segundos que parecieron una eternidad le respondió:

• No puedo irme ahora, pase lo que pase voy a intentar salvar a Izabella, es lo que tengo que hacer, es la razón por la que se ha puesto en contacto conmigo.
• Entonces deberíamos descansar, vamos a comer algo e intentar dormir, mañana hemos quedado con Christov muy temprano. – fue lo único que Matt añadió mientras se sentaba y abría la caja de pizza ofreciéndole a los demás.

A la mañana siguiente volvieron a la casa donde por primera vez se habían encontrado con Christov. La puerta se abrió y él los urgió a pasar desde dentro, sin asomarse a la calle.

Volvieron a sentarse en aquella mesa redonda de madera antigua, con las sillas que crujían cada vez que alguien movía un musculo y miraron expectantes a Christov.

• Tengo un plan. Como ya os dije muchas de las familias que han pasado por lo mismo que Izabella también quieren hacer algo, así que muchos de ellos están dispuestos a ayudarnos. Según los datos que me distes, estoy seguro de que la tienen en una de las antiguas cárceles, que ahora están en desuso. Ya hay personas vigilándolas y nos dirán algo en cuanto vean movimiento. Entonces podremos entrar a buscar a Izabella.

Continuará…

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