Leer “Las huellas del jardín (Parte 2)”
El lugar en el que se encontraba era increíble, Roció nunca había visto nada así. Los colores eran más brillantes, los sonidos más melódicos y lo más increíble sin duda eran todas aquellas criaturas maravillosas que lo habitaban.
Mientras paseaba por aquel lugar Kandur le seguía hablando sobre Ralaura y sobre todos sus habitantes. Según él, Ralaura era un lugar entre la fantasía y la realidad, creado para que los amigos imaginarios de los niños pudieran vivir en el.
Fascinada, se dedico a pasear por aquel lugar. Mientras caminaba se paraba a oler las flores, que tenían olores tan parecidos al caramelo, al chocolate y demás dulces que daban ganas de comerlos. Durante horas se perdió por aquel lugar, con kandur acompañándola y presentándole a todas aquellas maravillosas criaturas, cada una tan diferente de la siguiente y tan particular, que era obvio que solo podrían haber sido creadas por la imaginación de los niños.
Al llegar a un lago de aguas rosadas, Roció pudo ver un puente, sin embargo este solo llegaba hasta la mitad del río, la otra mitad simplemente parecía desvanecerse en el aire.
Al preguntar por tan peculiar puente, Kandur pareció entristecerse y le contó que en realidad se estaba desvaneciendo ya que cada vez menos niños creían en la fantasía, y tenían amigos imaginarios, y por lo tanto aquel lugar desaparecía poco a poco.
- Hace solo diez años este lugar contaba con un gran bosque lleno de colores y árboles chocoleros al otro lado del río. – le dijo señalando al otro lado del puente.
- ¿Pero cómo es posible que los niños hayan dejado de creer? – preguntó ella confundida.
- Todos los niños dejan de creer al hacerse adultos, pero ahora ni siquiera imaginan cuando son niños y es por eso que este lugar es cada vez más pequeño.
Aquella noche de nuevo en casa le parecía imposible que pudiera conciliar el sueño, solo podía pensar en todo lo que había visto durante el día, y en cómo era posible que un lugar tan maravilloso estuviera desapareciendo.
- Debe haber algo que se pueda hacer – fue su último pensamiento antes de quedarse dormida, rendida por el sueño y las emociones.
Continuará…
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