Relatos
Una locura demasiado común
Era un miércoles cualquiera, empezaba el buen tiempo y se notaba en la cantidad de mesas ocupadas de la plaza. Los bares volvían a llenarse de vida. Miguel, Fran y yo esperábamos a Diego, que como siempre se había dormido y llegaba tarde. Las conversaciones variaban entre sus derroteros habituales. Leer más…