Leer «Las huellas del jardín (Parte 9)» o Leer desde el principio
Mientras tanto cada vez que visitaba Ralaura, Jolene y los demás le enseñaban como seguía creciendo y también le presentaron a los nuevos habitantes que empezaban a aparecer. Todos estaban contentos y no dejaban de alabar lo mucho que Rocío estaba haciendo por ellos.
Pero sin duda el cambio que mas llamó su atención y que mas la emocionó fue el de Kimer. Había pasado de haberse rendido totalmente a ser el líder principal de aquel nuevo crecimiento, siempre estaba deambulando por Ralaura, y explorando los nuevos lugares que iban apareciendo.
Un día Rocío se acercó a Kimer, que estaba bajo uno de los arboles chocoleros, chupando el tallo de una flor muy parecida a la margarita.
- ¿Puedo sentarme?
Kimer levantó la vista hacia ella, y asintió.
- ¿Qué tal estas? Te veo muy cambiado, cuando todo esto empezó recuerdo que no tenias ninguna fe y mírate ahora….
- Si…siento haberte tratado así aquella primera vez pero había perdido la esperanza.
- Y ¿cómo es que has cambiado tanto? – le preguntó ella
Kimer la miró durante unos segundos sin contestar. Sus ojos eran pequeños, y Rocío siempre sentía tristeza al mirarle. Pero decidió no bajar la vista.
- Es por Marco…
- ¿Marco? – preguntó ella invitándole a seguir
- Marco es mi amigo, fue él quien me creó. Hacía años que no le veía, y que no sabía nada de él, desde que cumplió los 12 años no había vuelto a verle. Pero hace unas semanas que empecé a notar una pequeña atracción desde su casa. No he podido hablar con él, pero a veces cuando estoy allí tengo la sensación de que puede verme, quizás no verme exactamente, pero puede sentirme, lo cual quiere decir que me está recordando.
- Wow, eso es increíble Kimer, me alegro mucho.
- Yo también y debo agradecértelo todo a ti.
- ¿A mí? – preguntó ella sorprendida.
- Si, no sé cómo, pero estoy seguro de que este cambio es gracias a ti, de alguna manera estas influyendo en el.
- Pero es imposible, ni siquiera sé quien es….
- Yo tampoco lo entiendo totalmente, pero el poder de la imaginación es muy fuerte, y con todo lo que estás haciendo no me cabe duda de que estás llegando a muchísima gente, aunque a muchos de ellos no los conozcas.
Rocío no podía dejar de pensar en lo que Kimer le había dicho, era increíble pensar que estaba influyendo no solo en los niños sino también en los adultos.
“Qué bonito seria poder compartir todo esto con alguien más” pensaba aquella noche antes de irse a dormir.
Decidida a seguir con su plan y a llevarlo lo más lejos posible, aquella mañana envió un correo a los padres de todos los alumnos. Quería hacerles participe de lo que estaba pasando, y animarles a que cambiaran también los hábitos de los niños en casa.
Se sentía entusiasmada, y la conversación con Kimer le había dado aun más fuerzas. Sería increíble si pudiera no solo ayudar a los niños, sino también a los adultos a creer un poco más, después de todo, los adultos también podrían usar la fantasía y la imaginación.
Continuará…
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