Leer “Las huellas del jardín (Parte 3)”
Los primeros rayos de luz la despertaron antes incluso de que sonara la alarma. Aquel día Kandur le había prometido volver a llevarla a Ralaura, y Roció no podía esperar un segundo más.
En cuanto le vio aparecer en su jardín le preguntó cómo podía ayudar a Ralaura, quería hacer algo para que aquel mágico lugar no se perdiera y quería contar con su ayuda y la de los demás.
- Lo más importante ni siquiera es que Ralaura esté desapareciendo, son los niños, son ellos los que nos crean y por tanto son ellos los que tienen el poder. Son ellos los que están perdiendo la fe, la magia, la capacidad de crear e imaginar. Eso es lo verdaderamente importante.
Rocío se quedo pensando unos minutos en lo que Kandur acababa de decir, y contestó:
- Entonces tenemos que conseguir que vuelvan a creer.
Kandur la miró sorprendido, como podía aquella mujer conseguir que algo tan complejo sonara tan simple.
- Te ayudaré y reuniré a todos en Ralaura para que puedas hablar con ellos – dijo él.
Y cumplió su palabra, solo una hora después de llegar a Ralaura, Kandur había conseguido reunirlos a todos en la plaza de Donet. Una plaza perfectamente redonda con un centro de cristal desde el que podía verse una lluvia constante de Mokies (pepitas de chocolate gigantes). Kandur y Roció estaban de pie en el centro. Roció miraba incrédula a todas aquellas criaturas congregadas en aquel lugar solo para escuchar lo que ella tenía que decir.
Kandur hablo primero:
- Amigos os hemos invitado a venir aquí hoy, en primer lugar para que todos aquellos que aun no conocéis a Roció, tengáis la oportunidad de hacerlo. Ella es una humana que proyectaba unas ondas tan fuertes que era imposible no sentirse atraído por ellas, después de varios días visitando su jardín nos conocimos y la invité a conocer Ralaura. En segundo lugar, queríamos hablaros de la cada vez más aguda desaparición de nuestro hogar, lo que, si no hacemos algo pronto, nos llevara a nuestra propia extinción. Hasta este momento no teníamos muchas opciones, pero ahora con Roció de nuestra parte tenemos un fuerte lazo con el mundo humano, y esta vez no solo con los niños, sino también con los adultos. Es por eso que os pido que la escuchéis y la ayudéis en los que podáis.
Después de acabar su discurso, Kandur se quedo callado mirando a su alrededor, como esperando la respuesta de todos los allí presentes. Hubo algunos murmullos, pero cuando kandur miro a Roció y le pasó la bola amarilla; que hacia la misma función que un micrófono; todo se quedo en un profundo silencio.
Roció estaba aturdida, todos la miraban y se sentía muy nerviosa. Decidió empezar presentándose y alagando a aquel lugar que sinceramente la tenía absolutamente fascinada y también a todas aquellas criaturas que lo habitaban, refiriéndose a ellos como los amigos. Y en un tono más serio continuó:
- Sé que acabo de llegar y que solo conozco lo que Kandur ha alcanzado a contarme, pero creo que este en un lugar maravilloso y que la función que vosotros hacéis, como los amigos imaginarios de los niños es increíble y de hecho muy necesaria. Y sentir que estamos perdiendo esa imaginación, me hace sentir triste y preocupada a la vez, ya que es una de nuestras mejores armas para acabar con este mundo en el que estamos entrando sin darnos cuenta. Es por eso que me gustaría ayudar a que los niños vuelvan a creer, a imaginar, a sentir y que juntos consigamos que Ralaura, no solo deje de desaparecer, sino que siga creciendo y que cada vez sean más los amigos que aquí podamos reunirnos. Solo espero que podáis aceptarme y ayudarme en esta pequeña gran meta.
Pasaron unos minutos en absoluto silencio, hasta que empezaron los murmullos que se hacían cada vez más fuertes. Por fin una criatura muy parecida a un cocodrilo pero que podía mantenerse en pie sobre sus patas traseras hizo un movimiento para llamar la atención de los demás, Kandur voló hacia él y le hizo llegar la bola amarilla para que todos pudieran escuchar lo que Kimer; así se llamaba; tenía que decir.
- Roció no me malinterpretes, todos apreciamos que quieras ayudarnos, pero lamentablemente no creo que sea posible. La fuerza gris que está acabando con la imaginación y por tanto con Ralaura y con todos nosotros, es demasiado fuerte y no creo que podamos vencerla tan solo con buenas intenciones.
Todos estaban expectantes por ver cuál sería la respuesta de Rocío ante aquella afirmación.
- Pero debemos hacer algo, no podemos darnos por vencidos y asumir que simplemente los niños han dejado de creer. La imaginación y la capacidad de creer en cosas maravillosas es lo que hace que los niños sean niños, es lo que los hace únicos. No, Kimer, lo siento, pero no puedo darme por vencida.
Ante la firme y seria declaración de Rocío, todos se levantaron y empezaron a aplaudir. Aquel día seria el comienzo de un cambio muy importante.
Después de la reunión, Rocío estaba tumbada sobre la hierba, la cual era tan suave que parecían nubes y miraba asombrada las luces de multitud de colores que bailaban en el cielo. Kandur estaba a su lado.
- ¿A qué se refería Kimer cuando hablo de aquella fuerza gris? – le preguntó pensando en lo que Kimer había dicho.
- La fuerza gris que nos está llevando a la extinción….son los hombres grises, son ellos los que quieren acabar con la imaginación y con Ralaura. Y lo están consiguiendo, tú lo has visto, ahora tienen tanta fuerza que destruyen nuestro hogar cada vez más rápido.
Aquella noche, de nuevo en su cama, Roció no dejaba de pensar en quien podrían ser aquellos seres grises que querían acabar con algo tan maravilloso. Como era posible que alguien quisiera borrar lo que la imaginación de niños inocentes construían cada día.
Continuará…
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